El cuerpo tiene tantos vasos sanguíneos que si los alinearas medirían cerca de 100 mil kilómetros. Estos forman el sistema circulatorio y reciben la sangre de un impulso primordial: el corazón.
Sin embargo, el corazón no es toda la historia. A cada impulso del corazón la sangre corre a una velocidad máxima cercana a los 15 kilómetros por hora, pero pierde velocidad conforme el sistema circulatorio
se divide, de las anchas arterias, al entramado de arteriolas y capilares, que luego se reúnen en vénulas y finalmente en venas, para volver al corazón.
En este recorrido de nutrientes y oxígeno, la fuerza del corazón no es suficiente, y la sangre llega incluso a detenerse en los rincones más lejanos, en los pies y las manos, y en venas aprisionadas por una mala postura.
Por qué se forman las venas varicosas o várices
Cuando un doctor nos mide la presión, se basa en la presión arterial, pues la presión en las venas es casi nula. Para garantizar el flujo sanguíneo en las venas, el cuerpo depende fundamentalmente de:
La respiración
El movimiento muscular
Las venas se distinguen de las arterias en que son más delgadas, y en que poseen unas válvulas que impiden que la sangre se regrese y pueda, por ejemplo, subir desde las piernas al corazón. Pero si la sangre se acumula en las venas y no puede fluir, entonces las paredes de las venas se estiran y sus válvulas pierden la capacidad de retener la
Qué causa que se formen las várices
Las várices son el resultado de una pobre circulación sanguínea, y hay varios factores que pueden causarlas:
Fumar. Existen estudios que demuestran que las personas que fuman tienen más incidencia a presentar várices. (Lee sobre métodos naturales para dejar de fumar)
El control hormonal. Se dice injustamente que ser mujer es un factor para padecer várices. En verdad es más común en mujeres que en hombres, pero las várices no son un factor de género. La razón por la que las mujeres las sufren más es porque están más expuestas al desbalance hormonal, debido a la presencia de hormonas en los alimentos procesados y al uso de anticonceptivos hormonales (lee sobre métodos anticonceptivos naturales).
Otros factores que hacen a las mujeres más propensas a las várices son los embarazos, la vestimenta y la falta de actividad física diaria en mujeres de muchas culturas, entre ellas la hispana.
Sobrepeso y obesidad. Así como los ejercicios de respiración profunda ayudan a la circulación en las venas y reducen el riesgo de padecer várices, el sobrepeso y la obesidad inciden directamente en la circulación sanguínea, sobre todo en la mitad inferior del cuerpo. Por ello, las personas con peso normal son menos propensas a padecer várices. (Lee sobre alternativas naturales para bajar de peso)
Mala nutrición. Principalmente la falta de vitamina C, el exceso de sal, el consumo de grasas trans y el colesterol alto son causantes de problemas de circulación, que aumentan el riesgo de padecer várices. No se trata sólo de cuidar la cantidad de lo que se come, sino la calidad de los nutrientes que nuestros alimentos contienen.
Cómo evitar las várices
Existen diversas alternativas naturales para lidiar con el problema de las várices.
Camina. Es la mejor recomendación. Muchas veces las várices se ocasionan porque tenemos un trabajo que nos requiere permanecer en la misma postura por varias horas. Especialmente si estamos de pie, la sangre se acumula en las piernas y las venas terminan tensándose y perdiendo su capacidad para controlar el flujo sanguíneo.
Al caminar, utilizamos nuestros músculos para impulsar la sangre en las venas, y asistimos en la circulación, especialmente de las venas profundas que están rodeadas de músculos y dependen de nuestra actividad para funcionar.
Toma vitamina C. La vitamina C juega un papel fundamental en la formación de colágeno, que se utiliza en la construcción de arterias y venas. (Lee más sobre la relación entre vitamina C y el corazón El colágeno ingerido en pastillas o utilizado en cremas, no es tan efectivo como el que produce nuestro cuerpo. De hecho, no existe certeza de que pueda ser absorbido con estas herramientas.
Algunos alimentos ricos en vitamina C son: pimientos, acerola, guayaba, naranja, limón y brócoli. Los cítricos, además de ser fuente de esta vitamina, contienen en la parte blanca (llamada albedo o mesocarpo) muchos flavonoides, que el cuerpo utiliza para formar los vasos sanguíneos.
Remedios naturales para deshacerse de las várices
Felizmente, los mejores remedios para combatir las várices son las plantas medicinales, que en muchos casos superan con creces los tratamientos que encontramos en las farmacias. A pesar de ello, debe consultarse a un médico antes de preferir los remedios aquí mencionados para tratar problemas de circulación.
Las plantas medicinales que pueden utilizarse para combatir las várices son:
Milenrama. La Achillea Millefolium, conocida también como hierba de Aquiles, tiene varias propiedades medicinales. Es cicatrizante, antiespasmódica, bactericida y sedante. Pero además, es un poderoso hipotensor, que alivia problemas de várices, varicosis, hemorroides e hipertensión.
Castaño de indias. Tanto la semilla como la corteza del árbol tienen propiedades antiinflamatorias y ayudan a la formación de las venas y arterias. Es importante no utilizar la cáscara de la nuez, ya que sus concentraciones de esculina la vuelven venenosa, pero semilla y corteza son remedios muy utilizados para tratar várices, hemorroides, piernas cansadas (ya que estimula la circulación sanguínea, y por lo tanto la oxigenación), así como problemas de próstata e incontinencia urinaria (lee sobre tratamientos naturales para la cistitis).
El hamamelis, aplicado externamente, tiene propiedades antiinflamatorias y antibióticas, que se utiliza en el tratamiento de infecciones vaginales, picaduras de insectos y conjuntivitis. También se utiliza como alternativa natural para sanar los problemas de várices. No debe ingerirse, ya que resulta irritante para el estómago, y hay personas que sufren de reacción alérgica al contacto con la piel.
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